
"...Así lo hicieron, dejando al descubierto un precioso espejo de cristal pulido, probablemente el mejor en su clase, con finísimos acabados en un ébano sobrenatural que daba la impresión de haber sido tallado en otros tiempos o por manos divinas. Lo contempló una vez más sin tocarlo y miro despectivamente a sus lacayos, ordenándoles sin pronunciar palabra alguna y con un gesto definitivo, que salieran de la habitación. Una vez lo hicieron, se acerco al espejo y dijo:
(Lago Hermoso - Neblina sándose disper)
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